Dirección: Tom Ford.
Intérpretes: Colin Firth, Julianne Moore, Matthew Goode, Ginnifer Goodwin, Nicholas Hoult, Paulette Lamori, Jon Kortajarena.
Sinopsis
Adaptación de la novela Un hombre soltero de Christopher Isherwood.
George Falconer (personaje interpretado por Colin Firth) es un profesor británico que imparte clase en la Universidad. Corre el año 1962 y se ambienta en la ciudad de Los Ángeles, justo en el momento de la crisis de los misiles cubanos.
Parece que todo el mundo está preocupado ante la inminente y probable guerra atómica, y George, en cambio, trata de superar la muerte de su compañero sentimental, Jim (personaje interpretado por Matthew Goode).
La película comprende un día en la vida de George y cómo éste trata de superar su pérdida, buscando consuelo en su amiga íntima, Charley (personaje de Julianne Moore), la cual, a su vez, trata de reponerse ante sus propios miedos y desamores. A su vez es acechado por un joven alumno, Kenny (Nicholas Hoult), quien ve en el profesor a una "persona semejante" en tiempos en los que la homosexualidad no era sencilla.
George Falconer (personaje interpretado por Colin Firth) es un profesor británico que imparte clase en la Universidad. Corre el año 1962 y se ambienta en la ciudad de Los Ángeles, justo en el momento de la crisis de los misiles cubanos.
Parece que todo el mundo está preocupado ante la inminente y probable guerra atómica, y George, en cambio, trata de superar la muerte de su compañero sentimental, Jim (personaje interpretado por Matthew Goode).
La película comprende un día en la vida de George y cómo éste trata de superar su pérdida, buscando consuelo en su amiga íntima, Charley (personaje de Julianne Moore), la cual, a su vez, trata de reponerse ante sus propios miedos y desamores. A su vez es acechado por un joven alumno, Kenny (Nicholas Hoult), quien ve en el profesor a una "persona semejante" en tiempos en los que la homosexualidad no era sencilla.
Crítica
El famoso diseñador norteamericano Tom Ford da una salto al cine y en el año 2009 nos trae su primera película, adaptación de la novela de Chris Isherwood.
Después de disfrutar de un maravilloso Colin Firth en The King's Speech y ante su más que probable Oscar a la mejor actor principal, desde la Ignorancia nos hemos querido acercar a otro gran papel suyo y que ya le valió la Copa Volpi en el Festival de Cine de Venecia y una nominación al Oscar.
Propio de un diseñador, estamos ante un ejercicio virtuoso de estética y sensiblidad, bien trazada y definida, cual patrón de alta costura, por la pausa, los detalles, la fina música, los silencios y las formas.
Es una cinta lenta y tranquila que busca en exceso el ritmo poético que logra alcanzar, pero que incluso llega a ser empalagoso, tras una hora de metraje. Más preocupada del estilo y del diseño que de narrar una historia o que de dotar de sensaciones y credibilidad a los personajes.
Todo el peso de la película recae sobre un sensacional Colin Firth. Su personaje, puramente pasional y que vive con y para los sentidos y los sentimientos, parece que se quiere revelar calmadamente contra el mundo en el que vive, dominado por la política, las apariencias, los miedos creados, los fantasmas de humo necesarios para justificar conflictos, etc. Es el sentir por el sentir, queriendo acercarse a su fallecido amor y susurrarle al oído "te siento".
Si bien para el debutante Tom Ford creo que es un prometedor comienzo, la excesiva recreación en los planos, el ritmo casi barroco y la profunda melancolía, son causas de un más que probable bostezo y desdén por parte del espectador, que le hará alejarse de una película atractiva, seria, serena y porque no decirlo, con ciertas dosis de plástica hermosura. También algo cargante.
Junto a Firth aparece otro elemento sublime, que es la música de Abel Korzeniowski. Hermosa, muy hermosa. Le da el ritmo necesario a cada toma y logra imprimirle las dosis de rabia, energía y pasión de las cuales, a veces, las imágenes por sí mismas adolecen. Fue también merecedora de una nominación a los Globos de Oro de 2009.
El reparto lo completan Julianne Moore, Matthew Goode, y Nicholas Hoult, principalmente. Ella, en un papel corto, pero con mucha carga emocional y peso en la historia, realiza una más que aceptable interpretación, recompensada también con una nominación más a los Globos de Oro.
Sin quererles robar mucho más de su tiempo y sin necesidad de dilatarlo en exceso, creo que es una cinta que deben ver, les será entretenida e incluso apreciada. No obstante, como ya decía hace unas semana al hablar de Miel, no es apta para todos los públicos y su ritmo lento y empalagoso puede hacer que más de uno se acuerde de mis progenitores por recomendársela.
Después de disfrutar de un maravilloso Colin Firth en The King's Speech y ante su más que probable Oscar a la mejor actor principal, desde la Ignorancia nos hemos querido acercar a otro gran papel suyo y que ya le valió la Copa Volpi en el Festival de Cine de Venecia y una nominación al Oscar.
Propio de un diseñador, estamos ante un ejercicio virtuoso de estética y sensiblidad, bien trazada y definida, cual patrón de alta costura, por la pausa, los detalles, la fina música, los silencios y las formas.
Es una cinta lenta y tranquila que busca en exceso el ritmo poético que logra alcanzar, pero que incluso llega a ser empalagoso, tras una hora de metraje. Más preocupada del estilo y del diseño que de narrar una historia o que de dotar de sensaciones y credibilidad a los personajes.
Todo el peso de la película recae sobre un sensacional Colin Firth. Su personaje, puramente pasional y que vive con y para los sentidos y los sentimientos, parece que se quiere revelar calmadamente contra el mundo en el que vive, dominado por la política, las apariencias, los miedos creados, los fantasmas de humo necesarios para justificar conflictos, etc. Es el sentir por el sentir, queriendo acercarse a su fallecido amor y susurrarle al oído "te siento".
Si bien para el debutante Tom Ford creo que es un prometedor comienzo, la excesiva recreación en los planos, el ritmo casi barroco y la profunda melancolía, son causas de un más que probable bostezo y desdén por parte del espectador, que le hará alejarse de una película atractiva, seria, serena y porque no decirlo, con ciertas dosis de plástica hermosura. También algo cargante.
Junto a Firth aparece otro elemento sublime, que es la música de Abel Korzeniowski. Hermosa, muy hermosa. Le da el ritmo necesario a cada toma y logra imprimirle las dosis de rabia, energía y pasión de las cuales, a veces, las imágenes por sí mismas adolecen. Fue también merecedora de una nominación a los Globos de Oro de 2009.
El reparto lo completan Julianne Moore, Matthew Goode, y Nicholas Hoult, principalmente. Ella, en un papel corto, pero con mucha carga emocional y peso en la historia, realiza una más que aceptable interpretación, recompensada también con una nominación más a los Globos de Oro.
Sin quererles robar mucho más de su tiempo y sin necesidad de dilatarlo en exceso, creo que es una cinta que deben ver, les será entretenida e incluso apreciada. No obstante, como ya decía hace unas semana al hablar de Miel, no es apta para todos los públicos y su ritmo lento y empalagoso puede hacer que más de uno se acuerde de mis progenitores por recomendársela.
Nota general: 5,0 sobre 10.
Trailer
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